El milagro de la Voyager 2

Voyager II

La sonda espacial Voyager 2 salió de Cabo Cañaveral (Florida) un 20 de agosto de 1977 bajo el programa Mariner y con trayectoria cercana a Urano (1986) y Neptuno (1989). Lo que parece increíble es que aún continúa activa y circulando a 14,8 kilómetros por segundo, a pesar de que parte de sus instrumentos se encuentran inoperativos. A una velocidad de 14,8 kilómetros por segundo, actualmente se sitúa a 100 unidades astronómicas, unos 14.959.787.070.000 m. ó 14 horas-luz.

Urano

Las aportaciones de la Voyager 2 al mundo científico son numerosos y sorprendentes. Entre ellos, en su acercamiento a Júpiter en 1979 descubrió que en su atmósfera había hidrógeno y helio y que éste emitía mucha más energía de la que recibía del sol y que justifica la existencia de la Gran Mancha Roja de este planeta. Nos presentó los relieves volcánicos y las erupciones de Ío (una de sus lunas), las fracturas del hielo en Europa o los satélites  Adrastea, Metis y Tebe. Sintió el extremo frío de Saturno y su presión de hasta 7 kilopascales. Se acercó a Urano para revelarnos la existencia de 10 lunas, entre ellas Miranda, y que el campo magnético de este planeta se inclina 60º respecto a su eje de rotación, bajo una atmósfera de metano y amoníaco. Pasando cerca de Neptuno y de su luna Tritón y revelándonos que al encontrarse en los límites del sistema solar sus vientos eran aún muy potentes, pues al estar alejado de la luz solar ésta facilita su paso.

Saturno

Neptuno y su luna Tritón

Tras haber completado sus misiones, la Vogayer 2 ha cruzado el Sistema Solar. Lo sabemos desde que las partículas solares han descendido hasta casi ser imperceptibles, lo que se conoce como la zona de Frente de choque de terminación. Se prevé que su camino continúe hasta 2030 y, hasta entonces, toda la información que nos reporte será una novedad absoluta para la humanidad. Desde Astrofísica y Cuántica le deseamos una larguísima y útil vida.