¿De qué están hechos los fantasmas?

Desdoblamiento. Fuente: Wikipedia

Al intentar explicar el fenómeno de las apariciones o fantasmas, al margen de la pareidolia, es inevitable referirnos a materia y energía, ya que en la "práctica" hay personas que los ven, los escuchan y hasta los sienten interactuando en nuestro espacio mediante el tacto e incluso el olfato o dejando su impronta en magnetófonos y otros aparatos de grabación y/o medición.

Se los describe generalmente como formas esféricas, nebulosas o antropomórficas, flotantes, blancas y difusas; quizá almas ligadas a un lugar que tiene relación con el cuerpo vivo del que provienen, ya sea el alma en sí o el desdoblamiento o Doppelgänger de una persona viva.

Cuando hablamos de fantasmas generalmente nos referimos a cuatro tipos: las apariciones post-mortem, las apariciones huidizas más relacionadas con el desdoblamiento, las apariciones que se manifiestan únicamente tras sucesos violentos o críticos y por último aquellas recurrentes que suelen frecuentar un mismo lugar.

Según Wikipedia la "materia es todo aquello que tiene localización espacial, posee una cierta cantidad de energía, y está sujeto a cambios en el tiempo y a interacciones con aparatos de medida", y añade: "cualquier tipo de entidad que es parte del universo observable, tiene energía asociada, es capaz de interaccionar, es decir, es medible y tiene una localización espacio-temporal compatible con las leyes de la naturaleza".

La ciencia continúa intentando estudiar la materia y descubriendo cosas sorprendentes que jamás habríamos imaginado pero... ¿Quién no se ha preguntado alguna vez si existen entes capaces de interactuar de forma inteligente con la materia hasta ahora conocida? ¿Quién no se pregunta si en ese estudio científico de la materia no hay algo que nos despeje la duda sobre la existencia o no de los fantasmas?

El término ectoplasma fue usado por primera vez en el siglo XIX por el premio Nobel y profesor de fisiología en la facultad de Medicina de París Charles Richet para referirse a una sustancia exteriorizada por un médium. De hecho, muchos investigadores afirman que se trata de materia densa capaz de interactuar con nuestro mundo, por ejemplo, moviendo objetos mediante telequinesis. Actualmente el estudio de las entidades ectoplasmáticas, al igual que cualquier estudio de fenómenos paranormales ha caído en una cierta ignominia y descrédito y se presenta muy reñido con la ciencia, por lo que vamos a intentar conciliar ciencia y misterio en este artículo.

Una de las explicaciones podríamos encontrarla en lo que se conoce como el condensado de Bose-Einstein, un estado de agregación posible en materia a muy baja temperatura. Resumidamente, sería el cambio de estado de la materia en cuanto a moléculas, átomos e iones mediante la modificación de su temperatura o presión. De los estados que conocemos en la naturaleza: líquido, sólido, gaseoso y plasmático, podríamos llegar a otros estados como el condensado fermiónico, en el que la materia adquiere la característica de superfluidez, y el condensado de Bose-Einstein, en el que a muy bajas temperaturas los átomos se encuentran en reposo, en su estado fundamental, el menos energético, lo que sería muy parecido a un ectoplasma.

Distribución de momentos en un gas de átomos de rubidio.
Fuente: Wikipedia

¿Podríamos recurrir a los campos mórficos para explicar las experiencias paranormales? Aunque esta teoría de Rupert Sheldrake no es aceptada como teoría científica, quizá ayude a explicar qué estaría ocurriendo con las personas "sensitivas" capaces de captar la presencia de una energía que escapa de toda explicación científica.

Ectoplasma

Según la teoría de Sheldrake, los campos mórficos transmiten información entre organismos de la misma especie sin efectos espaciales de por medio, es decir, que existe un vínculo sub-cuántico que establece esa relación y, además, no contradice la Teoría de la Relatividad. Para explicarlo mediante un ejemplo, podemos imaginar que un roedor en Australia puede conocer sin que exista transmisión material, simplemente por resonancia mórfica, algo aprendido por un roedor de su misma especie en otra parte del mundo.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar la influencia que los campos electromagnéticos tienen en las investigaciones paranormales, por ejemplo mediante el empleo de equipos de medición. Sin embargo el magnetismo terrestre tiene gran influencia en dichas medidas. En el caso de la actividad cerebral la estimulación eléctrica puede provocar sensaciones que en algún caso puede llegar a una leve alucinación.

Otro ejemplo de interacción con el más allá es el fenómeno de la ideoplastia o la facultad de un médium de actuar sobre la materia, transformándola a distancia mediante el pensamiento y dando forma al ectoplasma, también relacionada con la pragmagrafía o la capacidad de plasmar imágenes sobre soportes materiales sin actuación de contacto físico, así como la actuación del tulpa, entidad espiritual creada con el pensamiento y relacionada con el budismo tibetano.

Cuando percibimos una importante bajada de temperatura en un punto muy concreto de una casa, en el ámbito de lo paranormal generalmente se asocia a la existencia de un ente, sin embargo, lo más probable es que se trate de una corriente enfocada de aire del exterior hacia ese punto concreto.

Fenómeno electrónico de voz. Fuente:

Comunidad Española de Parapsicología

Existen investigaciones que determinan que los infrasonidos, entre 7 y 19 Hz, pueden inducir estados de paranoia y pánico y podríamos relacionarlos con el concepto acuñado por Gilbert Ryle conocido como el fantasma en la máquina.

La física cuántica es muy recurrida a la hora de intentar explicar fenómenos que escapan a nuestro entendimiento. El misticismo cuántico equipara las leyes de la mecánica cuántica con ciertas ideas místicas de algunas religiones, ideal para tratar de explicar, con mayor o menor acierto, el clásico caso en el que un fantasma proveniente de otra dimensión queda atrapado en la nuestra, siendo espectro partícipe de nuestro mundo, residente en dos dimensiones, como si la paradoja del experimento del Gato de Schrödinger tuviese todo el sentido del mundo.